Entrevista a Valle-Inclán: "Yo me siento aquí a contar historias y la gente se me acerca".
Era una tarde fría de noviembre, característica de Madrid. Mientras caminaba iba observando cada detalle de las calles madrileñas. La plaza de Santa Ana estaba abarrotada de aristócratas. Me paré frente al Teatro Español y observando su grandeza me decidí a entrar. Esa misma tarde se estrenaba una nueva obra, "Bodas de sangre". El teatro era sofisticado, sus tonos dorados y rojos lo hacían elegante y su gran lámpara que colgaba del techo llenaba todo con su luz. Al finalizar la obra la gente se levantó para el aplauso final. En mitad del pasillo estaba él, acompañado de su mujer. Era un tipo extravagante que se diferenciaba del resto. Tenía unas gafas redondas que llenaban su delgado rostro. Su pelo largo y su larga barba le daban un aspecto descuidado y singular. Me acerqué a unos viejos amigos a preguntar por él. No entendía cómo alguien con ese aspecto de profeta pudiera estar en un lugar tan refinado como era ese teatro. Me contaron que era de Galicia. Allí tenía haciend...